Hago una pausa por un instante y reflexiono
"Verdaderamente la culpa de nuestras decepciones amorosas es del Amor?"
Definitivamente desde mi humilde postura, creo que No.
Y vuelve la idea que por estos últimos tiempos me ronda la cabeza una y otra vez.
No, sabemos, amar…
Al menos no, saludablemente.
Pero partamos por el comienzo.
Luego de esa conocida por todos maravillosa etapa del (enamoramiento) que se sabe puede durar a lo más un año, y estoy siendo muy generoso, viene la para algunos decepcionante realidad del otro.
Pasada esa etapa, estamos en condiciones de sacarnos la venda de los ojos y ver al otro como siempre fue.
Y es tal cual. Como siempre fue, pero nunca lo viste.
Y es que el otro no cambia. No es otra persona. No hace cosas para enfadarte. No queridos Príncipes y princesas.
El otro siempre fue igual. Simplemente el antifaz que llevaste en la primera etapa era tan oscuro que solo viste lo que pudiste, o quisiste…
Y es aquí, en esta segunda parte, donde nos perdemos.
Que paso con mi princesa del cuento?
Donde está?
En las pelis no era así.
Claro que no era así. El príncipe de los ojos azules. De la dulce mirada. Ese fuerte hombre que te cuidaría para el resto de tus días mi querida princesa, No existe.
Solo era producto de tu estado enfermizo.
Y es que de verdad; el enamoramiento debiera ser declarado epidemia mundial.
Y ahora, viene la temida hora de la verdad.
Que hago yo con esta princesa que huele a humano?
Que ronca?
Que no despierta maquillada?
Y viene el golpe contra la muralla China.
Ya no es todo tan divertido. La convivencia se vuelve cada día más complicada.
El otro no hace todo lo que tu quieres.
Parece que ya no me gustó el juego.
Como si fuésemos niños pequeños que podemos a la primera de cambio desechar al otro.
Y es que en eso nos hemos convertido. Unos expertos cambiando todo lo que no nos gusta por algo más agradable.
Por supuesto. Más a la moda. Más joven. Con más dinero. Más cariñoso. Mas sumiso… Y me faltarían páginas para tanto más.
Y el amor?
Que es eso?
Justamente todo lo contrario.
El amor a diferencia de nuestra limitada creencia humana No pretende recibir. Solo dar.
“Si no eres feliz conmigo, te dejo libre para que lo seas con otro.”
Creo que esta frase expresa claramente lo que mis torpes palabras no consiguen hacer.
Cuando el otro se va no se lleva tu amor.
Nadie puede llevarse tu amor. Esa es una de las creencias más inútiles y dañinas que tenemos grabada en nuestra mente.
Puede que el otro ya no esté contigo. Que te halla cambiado por otra pareja. Hasta puede que te halla abandonado.
Pero lo que jamás el otro podrá hacer, es quitarte tu amor.
Eso jamás ni el otro, ni nadie lo podrá hacer.
Si el otro se llevó para siempre tu amor, Entonces, nunca lo has conocido.
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