¿Cuantas veces as dicho si cuando realmente quisiste decir “no”?
Probablemente más de alguna.
Nuestro diario vivir está lleno de decisiones. Algunas más simples y otras realmente complejas.
Continuamente estamos sometidos a elegir entre un “si” y el “no”
Y aunque aparentemente parezca simple, hay momentos en los cuales se torna prácticamente imposible y terminamos haciendo justamente lo contrario a nuestros deseos.
Pareciera que nuestro sentimiento de culpa fuera más poderoso que nuestro propio bienestar. Precisamente, es este sentimiento el que a muchas personas les lleva a decir “si” cuando realmente quieren decir “no”.
La pregunta entonces sería:
¿Estamos preparados para escuchar un “no”?
En mi opinión, estamos muy lejos de estarlo.
Nuestra inseguridad, falta de confianza, dependencia, temores,, no nos permiten comprender que cada persona está en su pleno derecho a decirnos que “no” Cuando: no puede, no sabe, no debe, o simplemente no quiere acceder a nuestros caprichos.
Cuantos hemos experimentado el pedirle ayuda a algún amigo y la respuesta ha sido “no puedo”?
Intenta recordar como te sentiste en ese preciso momento.
Tu sensación fue de felicidad?
Seguramente que no.
Más bien nos enfadamos. Sentimos que no somos importantes para esa persona. Que nos falla en el momento en que más la necesitamos. Que siempre nos llama para pedirnos cosas y cuando nosotros queremos algo nunca puede.
Y podríamos escribir páginas y páginas de sensaciones o sentimientos.
Con esa enorme carga de culpa, luego de enterarnos o darnos cuenta de la reacción de nuestros amigos, no resulta extraño terminar haciendo precisamente lo opuesto a nuestra voluntad.
Lo que no sabemos es que terminar haciendo siempre la voluntad de los demás, terminará por convertirnos en personas sin poder de decisión. Incapaces de tomar las riendas de nuestra vida.
En personas dependientes, Que sin darse cuenta terminan sometidas al otro.
Y quizás lo más importante, en personas infelices.
Animate a expresar tu “no”
Existen muchas maneras para hacerlo sin causar dolor en las otras personas.
Aquí te dejo un par de ejemplos
1. No soy la persona idónea para hacerlo.
Quizás podrías pedirle a x.... que te ayude con esta cuestión.
No solo expresas tu voluntad, sino también das una posible solución al referirle un tercero.
2. En este instante no me es posible ayudarte. Si no es urgente, en cuanto pueda lo aré.
con estas palabras dejas en claro que tu prioridad es otra en este momento, pero que tienes la intensión de ayudarle.
3. No estoy capacitado para hacerlo. Te recomiendo busques a alguien que si lo esté.
En este caso reconoces no saber sobre el tema en cuestión. Das una posible solución, y manifiestas tu intensión.
Existen miles de otras buenas formas para decir que “no”.
Puedes buscar la que más se ajuste a tu personalidad.
Pero... no tengas miedo a expresarlo. Te darás cuenta de lo liberador que resulta hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario