Cristian

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sábado, 24 de septiembre de 2016

El cuerpo grita lo que tú callas

El cuerpo, va a gritar lo que tu callas, si tú no expresas aquello que necesitas, el cuerpo lo hará por ti. Primero lo hará con un leve susurro, será el síntoma, y si no le prestas atención a lo que el cuerpo te dice, gritará fuertemente, y lo hará en forma de enfermedad. Si no queremos enfermar, tenemos que escuchar el mensaje del cuerpo. ¿Qué me está diciendo mi cuerpo? si me paro, y lo escucho, le dedico tiempo en descifrar ese mensaje, no enfermaré.
La persona que enferma, sufre, en lo que su armonía se desequilibra. El síntoma es el que nos avisa de este desequilibrio, y ese síntoma, no hay que taparlo, al contrario, tenemos que prestarle toda la atención y convertirlo en nuestro aliado. Es importante saber lo que éste nos quiere comunicar y preguntarse ¿Qué es lo que este síntoma me está impidiendo hacer? En la respuesta está la sanación.
Nada de pastillas ni comidas especiales, son las recomendaciones del Dr. Dráuzio Varella, médico oncólogo y escritor brasileño, quien nos da pautas para lograrlo, consejos para vivir mejor y ser felices que combinados con buenos hábitos de alimentación y ejercicio físico, nos permitirán vivir mas y mejores años. Estas recomendaciones son más baratas que los remedios, pero más difíciles de cumplir que cualquier tratamiento médico. Sin embargo, vale la pena convertir en hábitos estas acciones. Así que si no quiere enfermarse…
Hable de sus Sentimientos.

Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, ¡nuestros errores!… El diálogo, el hablar, la palabra, ¡son un poderoso remedio y una excelente terapia!
Tome Decisiones.
La persona indecisa permanece en la duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y para ganar otras. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
Busque Soluciones.
Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe.Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

No Viva de las Apariencias.
Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc… y está acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
Acéptese
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos a nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Confíe
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.
No Viva Siempre Triste.
El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia.
El arte de no enfermar, es a la vez tan sencillo y tan complicado. El arte de no enfermar pasa por sentir, aceptarse, confiar, tomar las riendas de tu vida, reír y ser feliz.

Fuente: Dr. Dráuzio Varella

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