Durante muchos años viví boicoteando mi existencia. Hice de mis carencias mis compañeras permanentes. Estaba seguro que carecía de amor. Que no tenía dinero. Que mi salud era precaria. Que me faltaba trabajo. Que no tenía las cosas materiales que deseaba. Que me faltaba esto, que no tenía aquello, y así día tras día… pero de un momento a otro, todo comenzó a cambiar. De manera muy acertada comencé A hacerme las preguntas correctas.
Tengo amor suficiente?
Claro que si lo tengo. Me di cuenta que me amaba. Y eso ya era suficiente.
Tengo una buena salud?
Sí. Pero todavía puede ser mucho mejor. Sólo depende de mí.
Tengo todo lo que necesito para vivir hoy?
Por supuesto que sí. Tengo lo suficiente para alimentarme este día. Tengo todo el aire que necesito para respirar. Tengo un trabajo hoy. Tengo las comodidades básicas para hacer de mi día algo inolvidable. De pronto me di cuenta que poco a poco y muy lentamente comencé a despreocuparme por el mañana. Hasta que en un momento me dije: "tienes absoluta mente todo lo que necesitas para vivir hoy. Por qué te preocupas por él mañana?" Ésas simples palabras comenzaron a marcar la diferencia en mi vida.
Comencé a comprender que no pasa nada si un día te das el gusto de no limpiar la casa. No pasa nada si un día solamente te apetece descansar y nada más. No pasa nada si no tienes la nevera llena. No pasa nada si un día no te duchas. Créeme el mundo sigue funcionando igual. Y de verdad, no pasa nada. Aunque pensándolo bien, si pasa. Pasa que all despreocuparte, eres más feliz que ayer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario