Cristian

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jueves, 19 de mayo de 2016

No somos adivinos

No somos adivinos.

Tan importante como el desayuno de cada mañana, debiera ser el demostrar con pequeños gestos o tiernas palabras lo que significa para ti esa persona especial en tu vida.
Y es que efectivamente. La capacidad de leer la mente de los demás la perdimos hace millones de años.

Frases como:
“Claro que te quiero”
“ya sabes que eres importante para mí”
“Pero si te lo demuestro”
“Aré todo para que te des cuenta”
Y un sin fin de otras de este tipo.
Como si de un libreto aprendido se tratase, utilizamos como excusas a diario para tranquilizar al otro cuando este nos exige demostraciones de amor.

Mientras estamos  absortos en nuestras preocupaciones, el trabajo, las deudas, los estudios, los hijos, la vida diaria, el agobio, la falta de dinero, nos olvidamos de lo más importante.
Regar cada día la maravillosa flor del amor.
Y no hablo del amor de pareja solamente.
Hablo del amor al otro; al hijo, al padre, al hermano, al primo, al amigo, al vecino...
Pareciera que a la facultad de leer la mente,  se hubiera sumado la incapacidad para demostrar nuestros sentimientos con los demás.
Seguramente muchos dirán que sí, lo demuestran...
Pero de que forma?

Para los cumpleaños?
Los aniversarios?
Para el día de la madre?
El día del niño?

No señores.
Tenemos que comenzar a demostrar nuestros sentimientos a partir de hoy, día tras día.
Como si fueras el más amoroso y perfecto de los jardineros. Aquel que jamás descuida su jardín.

No descuides el amor de las flores que te rodean.
Puede que cuando pretendas regarlas, esas flores ya estén marchitas.

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