Cristian

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miércoles, 11 de mayo de 2016

Lo que tienes aunque parezca que nada te queda

Lo que tienes aunque parezca que nada te queda:

“Se dice que era un mago del arpa. En la llanura de Colombia no había ninguna fiesta sin él. Para que la fiesta fuese fiesta, Mesé Figueredo tenía que estar allí con sus dedos bailadores que alegraban los aires y alborotaban las piernas.
Una noche, en un sendero perdido, fue asaltado por unos ladrones.
Iba Mesé Figueredo de camino a unas bodas, él encima de una mula, encima de la otra su arpa, cuando unos ladrones se le echaron encima y lo molieron a palos. 
A la mañana siguiente, alguien lo encontró. Estaba tendido en el camino, un trapo sucio de barro y sangre, más muerto que vivo. Y entonces aquella piltrafa dijo con un hilo de voz:
Se llevaron las mulas.
Y dijo también:
Se llevaron el arpa.
Y, tomando aliento, rió:
¡Pero no se han podido llevar la música!”

Me gusta recordar estas palabras, cuando estoy procesando alguna pérdida, porque me ayudan a ampliar mi perspectiva. Hoy las quiero compartir contigo junto a una herramienta de autoayuda, muy útil también, para pasar de la sensación de vacío e inseguridad, a la de confianza y plenitud.

El ejercicio consiste en unos minutos de observación y reflexión. Un  paseo por los niveles de tu existencia, del más externo al más interno. La intención es encontrar el fondo de recursos más esencial. Ese que, como la música, nadie te podrá quitar: 
Comienza enfocando tu atención en tu casa, tu trabajo y tu grupo social. Se puede decir que todo ello aporta múltiples recursos a la vida de un ser humano. Sin embargo, hay quienes habiendo perdido casa, trabajo y seres queridos, siguen adelante. Encuentran fortaleza en un nivel más profundo que su entorno externo.

Céntrate ahora en tu cuerpo físico. También es una fuente de recursos importante pero, aún manteniéndonos con vida, todos pasamos días en los que nos sentimos físicamente débiles o enfermos y, aún con todo, salimos airosos.
Conectamos con otra fuerza más profunda que el nivel físico.
Ocurre igual con el nivel de los pensamientos y sentimientos. Toda persona se apoya en ellos para vivir pero a lo largo de la vida se atraviesan etapas de inestabilidad o confusión donde precisamente esos procesos mentales y emocionales pueden ser los obstáculos. Y a pesar de todo, encontramos la energía para superarlos.

Entra al nivel de tus creencias y sistema de valores. Son recursos muy útiles frente a las adversidades pero hay ocasiones en las que algunas creencias nos limitan o perdemos de vista nuestros principios. Aún así podemos contar con otro fondo de recursos para sostenernos y avanzar.
Contempla también tu sentido de identidad y  tus conceptos de ti mismo. Te habrás podido apoyar en las imágenes más positivas para subir tu autoestima pero también te habrás debatido con autocríticas negativas que parecían desconectarte de tus fortalezas. Más allá de esa cambiante autoimagen está la vida que eres, tu esencial energía vital bajo las otras capas más externas que hemos recorrido. ¿Cómo experimentas ese nivel más profundo de tu existencia? 
Sea como sea la forma en que lo percibes, es vida, en medio de la vida entera. Esencia que no está sola sino que está integrada en un campo más amplio de energía y conciencia colectiva. Enraízate en esa vida de fondo pues ahí es donde siempre encontrarás la sabiduría y los recursos necesarios para desplegar todo tu potencial humano.

En este punto te invito a cerrar los ojos y a realizar una inspiración profunda imaginando que  esa energía universal va llenando cada uno de los niveles de tu ser y al expirar, va difundiéndose hacia todo lo que te rodea.  Respira así varias veces hasta experimentar una sensación de centramiento y plenitud. Puedes asociar esta vivencia a una imagen o un gesto y así poder acceder a ese estado cuando lo quieras evocar con rapidez.

Esa música del fondo de la vida nunca te la van a poder quitar aunque a veces no recuerdes que cuentas con ella. Esa vida vibrando es lo que se manifiesta a tu través, tomando tu tono particular, tu propia sintonía vital. Me gusta cómo queda expresada esta idea en una anécdota de la vida del gran violinista Nícolo Paganini:

“Se cuenta que, en cierta ocasión, se disponía a actuar ante un numeroso y entregado público, cuando comprobó con consternación que el violín que tenía en sus manos no era el suyo.
En ese momento, según explicó después, se sintió angustiado, pero comprendió que debía iniciar el concierto y así lo hizo. Las crónicas relatan que fue una de sus mejores interpretaciones.
Una vez finalizada su actuación, Paganini comentó, sonriente,  con uno de sus compañeros de orquesta: “Hoy he aprendido la lección más importante de toda mi carrera. Hasta hace escasos momentos creí que la música estaba en el violín, pero me he dado cuenta que la música está en mí, y el violín sólo es el instrumento por el cual mis melodías llegan a los demás.”

Sea que algo te falte o sea que lo que tienes no parezca lo adecuado, te invito a contar siempre con tu fuente más profunda de recursos. Conecta con esa dimensión de tu ser y sintoniza con su vibración. Ahí identifícate con la abundancia de la vida y su poder creador y para experimentarlo, aún cuando creas que nada te queda, pregúntate: ¿qué es lo que yo puedo dar? La vida que eres te responderá y tú, como el mago del arpa y el virtuoso violinista,  sonreirás.

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